Cómo Se Practicaría Un Tratamiento De Manera Práctica y Presencial a Otra Persona
Un tratamiento de REIKI a
otra persona se realiza a través de una sesión que puede durar
alrededor de cuarenta y cinco minutos a una hora, donde permanecen en
contacto el practicante de REIKI y el paciente o receptor. Específicamente, el tratamiento consistirá en canalizar el KI
o la energía vital universal a través del cuerpo del paciente o
receptor. Dicho paciente o receptor puede manifestar una enfermedad
física, mental o emocional. O también puede querer recibir REIKI para sentir su cuerpo y mente más equilibrados. En cualquier caso la energía REIKI trabajará a nivel físico, mental y espiritual.
¿Cómo transcurre la sesión de REIKI?
Por lo general, el paciente o receptor se tiende en una camilla donde
se encuentre cómodo, sin desvestirse ni nada por el estilo. La energía REIKI
tiene el poder de atravesar sin inconvenientes telas, cueros,
plásticos, metales. Lo ideal es que antes de iniciar la sesión el
practicante y el paciente o receptor tengan un diálogo, donde el
primero le puede hacer saber en qué consistirá el tratamiento que le va
a proporcionar y el segundo le puede manifestar si concurre por algun
problema en particular, así como hacer las preguntas que crea
necesarias. De paso, este primer diálogo sirve para establecer una
mejor comunicación y para poder generar confianza en el vínculo. Si
alguien manifiesta que tiene colocado en su cuerpo un marcapasos o una
prótesis de cualquier tipo, eso no constituye un obstáculo para la
práctica del REIKI, así como tampoco puede generar inconvenientes que impliquen riesgos en la salud del paciente o receptor.
Una vez que comienza el
tratamiento de imposición de manos, el paciente o receptor debe
permanecer en silencio y el practicante hará las menores intervenciones
verbales posibles. Si antes el paciente o receptor ha manifestado
alguna dolencia en particular, el practicante puede empezar la
imposición de manos por la zona afectada, para canalizar donde más se
necesita la energía. Sin embargo, el practicante suele recorrer con la
imposición de manos todos los chakras o centros energéticos
principales del cuerpo del paciente o receptor, apoyando levemente las
palmas de las manos o dejándolas un poco por encima del cuerpo. Las
palmas de las manos se irán desplazando y colocando en posiciones
diferentes, aunque a veces se conduzcan de manera intuitiva. Con
determinadas imposiciones de manos el practicante puede sentir una leve
vibración en sus manos o sentir un acaloramiento en su propio cuerpo,
lo que le estaría indicando que su energía está siendo transmitida en
forma efectiva hacia el paciente o receptor.
Cuando el tratamiento se
realiza a otras personas, por el contrario de lo que es un
autotratamiento, no deben apoyarse las manos en las zonas genitales o
de los senos para no generar equívocos ni invadir la intimidad del
paciente o receptor. No debe haber ningún equívoco mientras se está
llevando a cabo el tratamiento, sobre todo para evitar que se puedan
provocar distracciones, malos entendidos e incluso interrupciones por
parte del paciente o receptor. El paciente o receptor debe permanecer
en silencio a lo largo de una hora aproximadamente, tiempo que puede
durar la sesión. Por citar un ejemplo, existe una imposición de manos
que se lleva a cabo rodeando la garganta, la que vista en imágenes
podría parecer que se está intentando ahogar o asfixiar a la persona
porque se rodea el cuello con ambas manos. Para que no surjan los
equívocos en plena sesión de tratamiento, antes de comenzar conviene
contarle al paciente o receptor en qué consiste esa imposición de manos
rodeando la garganta. Si no se lo ha puesto antes en conocimiento,
tal vez convenga no realizarla para no asustar al paciente o receptor.
Aclaremos un poco más este
punto, porque es importante.
Siempre es conveniente hablar con el
paciente o receptor antes de comenzar la sesión para saber si tiene
inconvenientes que las manos se apoyen en algunos lugares de su cuerpo.
Aún cuando el paciente o receptor consienta que las manos se posen en
su cuerpo, no se debe ejercer presión, frotamiento o masaje, porque no
es así como trabaja la técnica de imposición de las palmas de las
manos. Tampoco se utilizan cremas, emulsiones ni aceites de ninguna
índole. Las palmas de las manos pueden sobrevolar el cuerpo o apenas
apoyarse en él. Por otra parte, el paciente o receptor debe permanecer
vestido con la ropa que llegó a la sesión. No es necesario que se quite
ninguna prenda ni que se ponga una bata, se cubra con una toalla o
algo parecido. Tiene que sentirse absolutamente cómodo y predispuesto a
la terapia.
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